“Al darse la vuelta vio una figura femenina esbelta, con una melena larga, rubia y rizada hasta la cadera. Vestía completamente de negro hasta el suelo. Parecía joven pero su voz delataba sabiduría. Su presencia era fuerte, intimidante y ausente al mismo tiempo. Sin olor alguno, sin latido, sin expresión. Solo unos ojos de un brillante azul sobrenatural. No podía explicar por qué, sin embargo, tenía la certeza de que aquella mujer realmente no estaba allí.”
black forest, la niebla