Black Forest es una pequeña localidad entre montañas junto a un lago. Lugar cubierto de bosque, misterio y leyenda. Esta población se formó alrededor del siglo XVII cerca de un lago.
Nadie o casi nadie había oído siquiera hablar de las pocas noticias que se registraban en la zona, hasta que en 1710 llegaron los Condes de Blackesley, herederos de la colina. El porqué de la aparición de tan distinguidos vecinos fue la adquisición y explotación de las minas, que en un primer momento se trataba de un pequeño yacimiento de carbón en aquellos años casi extinto, hasta que se descubrió una veta de plomo. El hallazgo fue motivo de celebración, dio comienzo una época de bonanza en la que el pueblo creció permitiendo la construcción de infraestructuras como carreteras, puentes y casas con mejores materiales. Desde ese momento se consideró al Conde de Blackesley como el verdadero fundador de Black Forest.
Sin embargo, los acontecimientos que llevaron a sus habitantes a ser unas personas supersticiosas y temerosas se habían iniciado tiempo atrás. Sus consecuencias marcarían a Black Forest durante siglos.